
En este Primero de Mayo “extraordinariamente marcado por la crisis de la pandemia”, el Manifiesto de Iglesia por el Trabajo Decente (ITD) afirma “que el trabajo es para la vida, que debe garantizarse unas condiciones laborales que protejan la integridad física y psíquica de la persona, y que favorezca su protección social, esenciales para una vida digna”.
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