Estamos a las puertas de la Semana Santa. Escucharemos en el evangelio laafirmación de Jesucristo como resurrección y vida. Esa es la fuente de nuestraesperanza definitiva. Si queremos sembrar esperanza, contagiar de esperanzaeste mundo tan difícil para mucha gente, tenemos que dar lo que tenemos demejor en nuestro interior, es la motivación definitiva de unas vidasconsagradas a las personas más necesitadas por ser las que peor lo estánpasando y por defender su dignidad de personas como hijos de Dios. Este es elobjetivo de la campaña de este año. Hoy nuestra Iglesia diocesana nos anima amirar con ojos de verdadera misericordia, el trabajo de tantos, al serviciotantos, enfermos, encarcelados, pobres y víctimas de cualquier tipo, que comoIglesia amorosa acogen, escuchan y acompañan aportando su granito de arenaa un futuro más feliz.

En la cuaresma vemos a Jesús como agua que mana hasta la vida eterna, comoluz del mundo, como vida eterna. Ahora queremos dar el paso de la Pascua,pasar de la muerte a la vida, del dolor a la paz, de la desesperación a laesperanza. Que la celebración de este domingo sea para todos, un reto y ungozo, un canto de paz y alegría evangélica.