La Jornada Mundial de la Persona Migrante y Refugiada se celebra desde 1914. Es una buena ocasión para expresar nuestra preocupación por las personas vulnerables en movimiento.
Una iniciativa para luchar, trabajar, compartir, rezar… con ellas y ellos, mientras se enfrentan a muchos desafíos. Y naturalmente, para sensibilizar sobre las oportunidades que ofrecen las migraciones.