En el corazón de Caritas reside una invitación constante a la comunidad y a la comunión. Desde las primeras comunidades cristianas reunidas alrededor de la mesa y la fracción del pan (Hechos 2:42), hasta nuestras comunidades actuales, la esencia del cristianismo siempre ha sido construir y vivir en comunidad.
En este contexto, nuestra campaña del CORPUS “Los pequeños gestos también hacen comunidad" busca resaltar y celebrar, por pequeño que sea, todos esos gestos cotidianos que pueden contribuir a fortalecer y enriquecer nuestras comunidades cristianas y desde ellas, construir una sociedad más justa.
La parábola del Buen Samaritano (Lucas 10:25-37)
Las cuatro campañas de Caritas de este curso escolar han ido encaminándonos hacia una propuesta samaritana para construir un mundo más justo. En este sentido, la parábola del Buen Samaritano es un ejemplo claro de cómo un pequeño gesto de compasión puede tener un gran impacto. El Samaritano no hizo algo extraordinario, fue un gesto sencillo, y su disposición a ayudar a alguien en necesidad, a pesar de las diferencias culturales y religiosas, creó un puente de amor y solidaridad que nos orienta desde entonces.
Además, es importante fijarse en cómo el Buen Samaritano involucró al posadero al confiarle el cuidado del hombre herido y así, pudo sumar a su pequeño gesto, otro que ayudara a construir una comunidad más sólida y solidaria.
Estos pequeños gestos, por lo tanto, nos animan a no subestimar el poder que pueden tener en nuestra vida diaria, en un tiempo y una sociedad, donde se valora con más frecuencia lo grande y lo espectacular.
Haciendo comunidad a través de pequeños gestos
El Papa Francisco, en su encíclica Fratelli Tutti, nos recuerda que "nadie puede experimentar el valor de vivir, sin rostros concretos a los cuales amar" (FT, 87).
Los pequeños gestos que realizamos diariamente son esos actos concretos de amor que nos permiten construir una comunidad basada en la convivencia y la solidaridad. Nos insta, además a ser agentes de cambio, recordándonos que "cada día se nos ofrece una nueva oportunidad, una etapa nueva. No hemos de esperar todo de los que nos gobiernan, sería infantil. Gocemos de nuestra responsabilidad, capaces de iniciar y generar nuevos procesos y transformaciones" (Fratelli Tutti, 77). Cada acto de bondad, cada gesto de apoyo mutuo contribuye a transformar nuestra sociedad desde la base, promoviendo una cultura del encuentro y la fraternidad.
En Caritas estamos llamados a trabajar para erradicar las injusticias: "La necesidad de resolver las causas estructurales de la pobreza no puede esperar" (Fratelli Tutti, 165).
Aplicación práctica
1
Saludar y acoger
Un simple saludo o una sonrisa puede hacer que una persona se sienta bienvenida y valorada. Es sencillo. Hagámoslo.
2
Ayuda cotidiana
Ofrezcamos ayuda en tareas cotidianas. Seamos buenos/as vecinos y vecinas. Esos gestos fortalecen los lazos comunitarios.
3
Escuchar
Dediquemos tiempo a escuchar a quien necesita afecto y cuidado para aliviar su sufrimiento o su soledad.
4
Implicar y buscar el compromiso de otras personas
Al igual que el Buen Samaritano involucró al posadero en el cuidado del hombre herido, podemos invitar a otras personas al compromiso. Esto no solo distribuye la carga, sino que también fortalece los lazos comunitarios y crea una red de apoyo mutuo. El compromiso compartido en la ayuda a los demás es fundamental para construir una comunidad sólida y solidaria.
En Mateo 25:40, nos dice: "De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis".