Abrir la puerta es más que acoger, más que escuchar, implica mirar, ver y conmoverse con las personas que están a nuestra puerta.
Es el primer gesto personal de amor para con nuestros hermanos y hermanas.
Abrir la puerta es dejarse interpelar, dejarse tocar, dejarse afectar por las personas que reclaman un lugar en la casa común.
Abrir la puerta es transformarnos personalmente, salir de nuestra zona de confort, reconocer nuestros egoísmos, permitir el dialogo, ceder en nuestros intereses.
Y como nos dice el evangelio, “Había también un mendigo llamado Lázaro, el cual, lleno de llagas, se sentaba en el suelo a la puerta del rico” Lc 16,20
¿Abrimos la puerta?
- Fecha inicio: 30/9/2019
- Fecha fin: 23/12/2018