Cuidar es una palabra de moda, con un sentido profundo de vida que no debemos tomar a la ligera. Para reconocer qué significa cuidar, podemos preguntarnos, ¿Cuidamos? ¿A quién cuidamos y cómo lo hacemos? 

El Papa Francisco en la Encíclica Laudato Si, un texto que fundamentalmente habla del cuidado recoge esta frase que nos parece significativa y que debemos leer con antelación:  

“Toda pretensión de cuidar y mejorar el mundo supone cambios profundos en “los estilos de vida, los modelos de producción y de consumo, en las estructuras consolidadas de poder que rigen hoy la sociedad” C.A. 58 

En esta motivación sobre la campaña de la Pastoral Sociocaritativa, quizás, podamos ofrecer algunas claves sencillas para cuidar y cuidarnos. 

C: con la C, de cuidar. Revisa si construyes con otras personas, si te sientes y facilitas que se sientan parte de tu comunidad. Si pones corazón en tu labor y el conocimiento necesario para atender a las personas que sufren. 

U: con la U, de unirse. Revisa si trabajas en equipo, si tu actitud de acogida es universal, si no tienes prejuicios hacia las personas que acoges, si reconoces en la unión una fuerza que te impulsa a salir de tu individualismo. 

I: con la I de Iglesia. Revisa si te sientes parte de la Iglesia que anuncia y denuncia las situaciones de injusticia y sufrimiento, que es también Buena Noticia y que genera esperanza. 

D: con D de dignidad. Revisa la importancia que tiene el reconocimiento de la dignidad en nuestra labor social; si facilitas la autonomía de las personas, su libertad, su ritmo y sus inquietudes ante sus propias necesidades. Las otras personas no son menos que nosotras, lo sabemos en teoría, pero ¿nuestra practica lo tiene en cuenta? 

A: con la A de acogida, de alegría, de abrazo, de acompañamiento. Revisa y refuerza las cualidades que somos como personas dentro de esta labor social que nos humaniza. Somos acogida, abrazo, y aunque las necesidades de las personas que se acercan son infinitas, y no podemos resolverlas, somos acompañantes y somos esperanza a través de esa acogida. 

R: con la R de responsabilidad y de respuesta que nos implica en la acción samaritana como camino de revelación del rostro de Dios en las personas heridas, apartadas del camino, apaleadas por el sistema... 

Además, se hace urgente estos días más si cabe, CUIDAR de la PAZ. Del valor intrínseco de la paz como bien que nos humaniza y que nos permite reconocer nuestra dignidad como seres humanos. Recemos por la Paz, y por los valores que implican la búsqueda incansable de ella: el dialogo, la escucha, el respeto y el acuerdo. 

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