fbpx Acompañar desde el MAS - Ficha2 | Caritas Gipuzkoa Pasar al contenido principal

Bloque 1

Ficha 2 – Transformar desde y en las realidades

Para qué sirve esta ficha

Para reconocer que la realidad no es neutra, sino un lugar teológico y social donde se juega la exclusión y la dignidad; invita a transformar estructuras y estilos de vida, no solo a describir los problemas.

Ideas clave

La Doctrina Social de la Iglesia nos habla de «los sueños que se rompen en pedazos» (FT 10), de 
un mundo «sin un proyecto para todas las personas» (FT 18), donde «los derechos humanos no son suficientemente universales» (FT 22). Vivimos en un mundo donde «persisten numerosas formas de injusticia… que no duda en explotar, descartar e incluso matar» (EG 53).

Desarrollo

Transformar desde las realidades

El MAS 2009 nos recordaba que la realidad no es un escenario neutro, sino el lugar teológico y operativo que orienta nuestra acción.

Dos décadas después, constatamos exclusiones más complejas y entrelazadas: vivienda inaccesible, empleo precario, brechas de salud y, con nuevo relieve, soledad no deseada, crisis de cuidados y precariedad juvenil. Frente a este escenario, el papa Francisco nos insta a «repensar nuestros estilos de vida, nuestras relaciones y la organización de nuestras sociedades» (FT 30). Este llamado conecta directamente con uno de los retos del MAS: no basta describir las exclusiones, hay que transformar los marcos vitales, sociales y políticos que las generan.

Como recuerda Nancy Fraser (2008), la justicia exige tanto redistribución como reconocimiento. Esta intuición ayuda a comprender que transformar no es solo redistribuir recursos económicos, sino también reconocer voces y culturas que han sido marginadas.

La transformación requiere método:

1. Conocimiento situado de las realidades, combinando datos y escucha cualitativa.
2. Discernimiento a la luz del Evangelio, evitando respuestas reactivas o asistencialistas.
3. Opciones posibles que hagan evolucionar en sentido positivo la situación presente.

Transformar desde las realidades es promover una «política (..) que está al servicio del verdadero bien común; la que pone en el centro la dignidad de la persona y no la rentabilidad inmediata» (FT 18). El paso de transformar desde a transformar en significa reconocer que la exclusión no se combate solo con diagnósticos, sino desde procesos de vida compartida que generan alternativas.

Transformar en las realidades

No transformamos desde fuera, sino dentro de los contextos concretos. Las exclusiones no son solo “problemas sociales”: son lugares que interpelan nuestra forma de vivir, organizarnos y decidir. Como señala José María Mardones (1991), la pobreza no es un accidente, sino la consecuencia de una determinada lógica económica y política.

Se nos pide un estilo cercano y audaz —«una Iglesia accidentada, herida y manchada por salir a la calle» (EG 49)— y, a la vez, procedimientos que anclen esa audacia en el día a día:

• Incidencia pública que conecte cada caso con su causa (vivienda, cuidados, soledad, racismo, brecha digital…) y promueva cambios normativos y culturales.
• Acompañamiento que no solo palie, sino que amplíe capacidades y derechos, evitando dependencias y paternalismos.
• Trabajo comunitario que genere alternativas colectivas, fortalezca vínculos y multiplique la participación en el territorio.
Transformar desde y en las realidades es, en definitiva, pasar del diagnóstico a decisiones posibles, sostenidas y evaluables, que pongan la dignidad en el centro y agranden el “nosotros” de nuestras comunidades.

Para reflexionar

1.- ¿Qué nuevas exclusiones o realidades emergentes debemos priorizar y cómo trabajarlas más allá de la respuesta asistencial?

2.- ¿Qué cambios comunitarios y organizativos necesitamos asumir para responder con coherencia a estos retos? 

3.- ¿Qué decisiones realmente posibles podemos tomar ya —en barrio, parroquia o programa— 
para atacar causas (no solo consecuencias) de la exclusión?

La cita

«El tiempo es superior al espacio. Este principio permite trabajar a largo plazo, sin  obsesionarse por resultados inmediatos. Da prioridad a las acciones que generan  dinamismos nuevos en la sociedad y compromete a prolongarlos en el tiempo» (EG 222).