El amor, el recibido y el que damos, y también, el que somos, es lo que celebramos la gran fiesta de Cáritas, el Día de la Caridad.
Celebramos que lo único que da sentido a la vida humana es el AMOR, y el camino que conduce a la felicidad.
En los tiempos en los que vivimos, se hace imprescindible y necesario hacer del amor un faro que se convierta en referente para alumbrar horizontes posibles de esperanza, de oportunidades y de vida nueva capaz de emerger en medio del dolor y la tristeza.
Pero, no podemos olvidar que una cantidad ingente de personas en todo el mundo, viven desplazadas de sus hogares en una peregrinación continua en busca de paz, de oportunidad, de futuro.
Pero también somos capaces de una solidaridad y una generosidad que brota de nuestras entrañas al conmoverse con el dolor y el sufrimiento de los demás, que da un vuelco a nuestra compasión dormida y la convierte en gestos sencillos y concretos, en vida para otros.
En Cáritas somos testigos de que este amor mueve los corazones de muchas personas que quieren ayudar, colaborar, participar en un proyecto de sociedad nueva que se construye menos desde el individualismo y más desde un nosotros compartido que piensa en el para todas las personas.
MATERIALES