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Este domingo, 24 de marzo celebramos el Domingo de Ramos. Aquí podéis leer y escuchar la reflexión de nuestro delegado diocesano, Patxi Aizpitarte:
"Hemos llegado al Domingo de Ramos, que nos coloca en el pórtico de la Semana Santa. Este domingo leemos la Pasión según la versión de Marcos, y el Viernes Santo leeremos la que nos ofrece San Juan. La Pasión contiene el relato de un hombre bueno, que pasó por este mundo haciendo el bien y curando a la gente de sus dolencias, pero fue injustamente condenado y sacrificado por el inhumano poder político y religioso de su tiempo. No le perdonaron su identificación con las víctimas del sistema imperial romano y los marginados por la religiosidad oficial judía. Fue crucificado sin piedad en una cruz y el drama del Gólgota es, al final, el drama de la humanidad sufriente y crucificada.
Sin embargo, y contra toda lógica y razón, en el Crucificado se nos revela sorprendentemente el Dios cristiano, identificado con Jesús y todas las víctimas de la historia. Por eso, no nos podemos encerrar en la “cultura de la satisfacción” y la “sociedad del bienestar”, ignorando a quienes viven una vida precaria, insegura y llena de inquietudes. Están reclamando nuestra comprensión y actuación solidaria en su favor.
Erramu Igandeak Aste Santuaren atarian jartzen gaitu. Marko ebanjelariak eskaintzen digun Jesusen Nekaldia entzungo dugu, Haren azken orduak gogoratuz. Arriskuan izanagatik, ez du aldatu bere jarduera, ez dio ihesari eman. Leial jarraituko du hasitako bideari, Jainkoari eta behartsuenei leial izanez. Erromatar agintariek eta juduen buruzagi erlijiosoek ez dute gupidarik izango berarekin eta gurutzera kondenatuko dute. Jainko Aitagan jartzen du azken konfiantza, Haren eskuetan utziz bere bizitza guztia".