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DÍA INTERNACIONAL DE LA ALFABETIZACIÓN
DÍA INTERNACIONAL DE LA ALFABETIZACIÓN
material escolar en mochila

Los más pequeños se están incorporando poco a poco, tras meses sin poder acudir a los centros escolares. El Covid-19 condicionará durante los próximos meses su educación, su alfabetización. Tenemos retos muy importantes por delante.

"Es necesario desarrollar lo que llamaría una alfabetización integradora que sepa acompasar los procesos de transformación que se están produciendo en el seno de nuestras sociedades. Tal proceso de alfabetización exige trabajar de manera simultánea la integración de los diversos lenguajes que nos constituyen como personas. Es decir, una educación, alfabetización, que integre y armonice el intelecto, la cabeza, los afectos, el corazón, la acción, las manos" (Papa Francisco).

 

“La digitalización está imponiendo un ritmo al que no todo el mundo puede seguir”

Marisa Trueba Agirrebeña (San Sebastian, 1970) forma parte de Bultz-Lan, empresa creada hace 30 años para proporcionar servicios de asesoramiento de iniciativas emprendedoras a personas que están o pueden estar en riesgo de exclusión. “Tras estudiar la idea de negocio que nos exponen, analizamos si puede ser una oportunidad para que se puedan incorporar a la vida laboral”, añade Marisa.

Hoy se celebra el Día Internacional de la Alfabetización. ¿Qué te sugiere la alfabetización digital?
La tecnología nos ha reportado aspectos que no podemos discutir: comunicación, conocimiento… Hay que reconocer que nos ha aportado unos cambios de hábitos en las formas de trabajar, etc. Creo que también nos ha impuesto la inmediatez. Todo ello, sin darnos cuenta, nos está conllevando unas conductas generadoras de estrés, ansiedad, etc.
Por otro lado, la pandemia ha mostrado la existencia de una importante brecha digital. Familias que quieren ir de la mano de la alfabetización pero que no alcanzan a llegar. La pandemia nos ha puesto ante el espejo de lo que estamos haciendo mal. El confinamiento nos ha mostrado a un colectivo que ya antes de la pandemia no estaba digitalizado. Y la digitalización está imponiendo un ritmo al que no todo el mundo puede seguir.

Hay colectivos que se están quedando a la cola del pelotón.
La capacidad económica facilita el acceso a materiales tecnológicos, al servicio técnico, etc. A eso hay que añadirle los conocimientos tecnológicos; poder desenvolverse con las herramientas informáticas. Es decir, tener las competencias técnicas para entender la información que aportan las tecnologías: el lenguaje, la búsqueda… Para saber filtrar o desenvolverse hay que tener habilidades y recursos.

¿Qué debemos hacer para reforzar la alfabetización digital de los sectores más vulnerables?
Voy a poner un ejemplo que a mí me ha ayudado a reflexionar. Mis padres son mayores y se encuentran en el grupo de exclusión de la alfabetización digital. No entienden el lenguaje digital. Antes nos comunicábamos por teléfono. Los hermanos empezamos a comunicamos por medio de watsapp y llegado un momento, mi madre se quejó que no la llamábamos. Sin darnos cuenta, habíamos cambiado el modo de comunicarnos con las consecuencias que ello conlleva con una persona mayor. Ese problema no se soluciona, como creen muchos, comprándoles a mi madre y padre un móvil a cada uno.

Los colectivos en riesgo de exclusión social deben de tener una necesidad, un compromiso individual de que se están perdiendo algo. Aquí comienza la carrera de acceso a las diferentes herramientas tecnológicas. Para tener acceso a la tecnología, hay que tener capacidad económica. Por ejemplo, las personas desempleadas o las personas mayores tienen dificultades para ello, además de no poder hacer frente a las diferentes cuotas, etc.

¿Cuál es la solución a esta realidad?
Primero, voluntad del que sabe para enseñar. Observo que la sociedad está perdiendo la vocación de servicio; la echo de menos. Hay que enseñar a los colectivos vulnerables y ellas/os deben de formarse desde la constancia.
También hay que recordar que ha habido un cambio de hábitos. Los jóvenes cuentan con competencias tecnológicas muy buenas, pero toda la velocidad que ha puesto a nuestro servicio la tecnología lo han perdido en aspectos sociales: la constancia, el análisis, el ámbito relacional…

¿Qué puede aportar CARITAS GIPUZKOA, así como las administraciones para combatir la brecha digital?
Realizar una apuesta bidireccional. Una hacia el usuario, incidiendo en la concienciación; el que no controle las tecnologías no lo tendrá nada fácil para encontrar un puesto de trabajo.
Una de las competencias que hay que tener cara al futuro, si queremos incorporarnos a la vida, es saber desenvolverse en el mundo tecnológico. Debemos de hacer una labor muy importante de concienciación de esa necesidad a los colectivos vulnerables. Ponerles en la realidad y concienciarles de la importancia de la formación: tener criterio a la hora de poder moverse en la tecnología.
Y la segunda apuesta debe de ser recordarle a la administración pública que tenga en cuenta las competencias de los colectivos vulnerables ya que no se encuentran al mismo nivel de las personas que nos desenvolvemos en la tecnología. Hay que apoyar la accesibilidad, promover la economía circular –empresas que tienen que retirar ordenadores que no les sirven las donen, etc.– impulsar la responsabilidad social corporativa…
¡Ah! Y que las páginas web sean mucho más amables y cercanas a la hora de buscar información. Me gustaría, que lo digital, la tecnología… estuviera al servicio de las personas. La persona debe de ser el centro.

 

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