Como sugiere el antiguo libro bíblico de Eclesiastés, hay un tiempo para cada cosa en nuestras vidas: tiempo para trabajar y tiempo para el descanso, tiempo para gozar y tiempo para comprometerse, tiempo para disfrutar de las merecidas vacaciones veraniegas y tiempo para comenzar un nuevo curso.
Aunque Caritas no “cierra” en verano (en estos meses se ha seguido atendiendo a las personas con necesidades urgentes tanto en los centros y los diversos programas, como a través de los equipos parroquiales), con la llegada de septiembre vamos calentando motores para dedicarnos activamente y a pleno rendimiento a la causa de las personas más desfavorecidas y empobrecidas.
En este comienzo de curso, desde Caritas queremos recordar y retomar tres cuestiones que fueron madurando a final del curso pasado y seguimos teniendo entre manos. A esto me gustaría añadir una cuarta reflexión coincidiendo con el Año Jubilar sobre la esperanza. Estos son los cuatro momentos más significativos, y, por lo tanto, los retos de este curso que empezamos.
1.- Una de las situaciones más preocupantes que viven muchas de las personas y familias que acogemos y acompañamos es la dificultad para acceder a una vivienda. Esto se debe a la escasa oferta existente, el alto precio de los alquileres y a ingresos o recursos insuficientes. Además, a todo ello se unen, no en pocas ocasiones, las dificultades para empadronarse o conseguir un contrato de alquiler. Por esto, las cuatro campañas de este curso de Caritas Gipuzkoa tendrán como hilo conductor esta realidad, un tema que también impregnará el resto iniciativas que se lleven a cabo durante el curso (Taupagunea, Rosco Solidario, manifiesto del 8M…).
2.- Retomaremos el proceso iniciado y avanzaremos en la definición de un Plan de Voluntariado que nos sirva de referencia en la diócesis. En este proceso contamos con el acompañamiento valioso de Sebastián Mora y tras el “ver” inicial (lo que nos viene y nos va cambiando) y el “juzgar” posterior (nuestros grandes retos), nos queda abordar el “actuar” (aterrizando en una propuesta realista, pero ilusionante y con aspectos de mejora). El encuentro que tendremos en torno al “Ibilian” nos permitirá ir concretando dicha propuesta.
3.- Seguiremos desarrollando el Plan Estratégico 2024-2027 e implantando el nuevo modelo organizativo, instrumentos diseñados con el objetivo de mejorar la atención a las personas y familias, lograr un acompañamiento más cercano y eficaz a las Caritas parroquiales y zonales, y un servicio renovado en los distintos centros.
4.- No olvidamos el marco del Año Jubilar, cuyo comienzo está señalado para el próximo 24 de diciembre en Roma. Su lema nos invita a vivir este año como “Peregrinos de la Esperanza”. La esperanza, junto con la fe y la caridad, forman el tríptico de las actitudes cristianas fundamentales. Y la pastoral socio-caritativa y Caritas en ella, se convierten en lugares privilegiados para realizar gestos de esperanza con las personas enfermas, que cuentan con una discapacidad seria o viven la etapa de la ancianidad; los jóvenes y adultos encarcelados o que han conseguido abandonar la prisión; las personas migrantes y refugiadas; las personas sin hogar o mujeres en situación de vulnerabilidad. Y no se trata solamente de “hacer” signos esperanzadores, sino de ser nosotros mismos, nosotras mismas, como personas voluntarias o agentes de pastoral, trabajadoras y profesionales o responsables, signos vivos de esperanza.
Junto con este mensaje de ilusión compartida os hacemos llegar también el calendario que compartiremos en los próximos meses.
Buen comienzo de curso,
Patxi Aizpitarte, delegado de Caritas Gipuzkoa.
