Una de las dificultades que tenemos hoy en día para ver de verdad son los múltiples filtros, literales y metafóricos, a los que está sometida nuestra mirada. Existe el filtro previo de nuestros prejuicios, en lo que “se dice” o lo que siempre se ha creído. También cuando nos informamos a través de los medios de comunicación o las redes sociales porque es difícil contextualizar en informaciones que tienen que ser breves y atractivas. También modificamos la realidad cuando tomamos imágenes que embellecemos con filtros en nuestro propio teléfono móvil, sacando lo que no nos interesa de plano, quitando arrugas… Hay un filtro interesado en los mensajes institucionales, los mensajes políticos, los comerciales…

La campaña “Mira la realidad sin filtros” es una invitación a aclarar nuestra mirada, a pararnos, a mirar y escuchar con atención, tratando de ser conscientes de los condicionantes que nos rodean. El mensaje invita a observar la realidad tal cual la ven nuestros ojos: ni tan bonita como la muestra Instagram, ni tan fea como la pintan mensajes que sólo fomentan el odio. Quiere promover el ojo y el pensamiento críticos, propios, y así conseguir que la realidad nos llegue con nitidez (desde los ojos hasta la cabeza y el corazón) como motor para comprometernos con la consecución de una sociedad más justa y equitativa, con oportunidades para todas las personas.